Ante la perdida de un diente una de las practicas más habituales suele ser la implantología. Consiste en la colocación de una pieza artificial en sustitución del diente original. Aunque no siempre será la mejor opción, por ello recomendamos acudir siempre a dentistas de confianza para cerciorarnos que la colocación de un implante sea lo más idóneo en nuestro caso en particular.
Asegurarnos que la mejor opción en nuestro caso es un implante
El especialista, para obtener un correcto diagnostico, realizará una prueba de imagen, para visibilizar el hueso y así verificar la posibilidad de implantar en él correctamente la nueva pieza. Explorará la encía para ver si está sana o necesita algún tratamiento para sanarla antes de la intervención. Y por otro lado, valorará la oclusión de la boca, es decir, cómo se muerde, para asegurarse que el implante dental no reciba más presión de la adecuada. Si la mejor opción es la implantología el procedimiento es sencillo. Y se realiza con anestesia local y/o sedación, depende de la complicación de cada caso.
Una vez realizada la implantología se deben seguir las recomendaciones postoperatorias de nuestro especialista. El tiempo de recuperación de los implantes dentales varia en función de cada caso en particular. Y en función del grado de la cirugía puede tardar más o menos en cicatrizar. Una vez retirados los puntos y terminado el tiempo de osteointegración muchos se olvidan que llevan un implante, y asumen erróneamente que al tratarse de un diente artificial no sufrirá ningún daño y consecuentemente no es necesario cuidarlo. Nada más lejos de la realidad, si bien no puede sufrir caries, si le afecta la placa bacteriana que se queda acumulada debajo de la prótesis, esto puede provocar inflamación de la encía alrededor del implante (mucositis) e incluso puede seguir avanzando hasta destruir el hueso (periimplantitis) y llevar a la pérdida de tu implante dental.
Cuida tu implante
Por eso es tan importante cuidar tu implante como una pieza más de tu boca. Algunas recomendaciones para que tu implante sea de por vida:
- Cepillar los dientes después de cada comida. Y muy recomendable hacerse con un irrigador para limpiar con agua a presión en los dientes y las encías para limpiar por debajo de las prótesis sobre los implantes.
- Utilizar el hilo o la seda dental, y un enjuage adecuado.
- Evitar fumar, y reducir el consumo de bebidas alcohólicas y carbonizadas.
- Tener controlado el bruxismo. Usar una férula de relajación oclusal si eres bruxista. Así controlar y disminuir la presión ejercida sobre los implantes dentales, evitando la sobrecarga sobre las prótesis y los implantes.
- Recuerda que los dientes están hechos para masticar y comer, no están hechos para cortar hilos ni abrir botellas o envases.
- Realizar revisiones anuales a tu clínica dental para un correcto seguimiento así como realizar limpiezas profesionales.